Clic aca y nueva etapa





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Yo quería ser vedette (fragmento)




Parida en placenta de purpurina
me deslicé entre las piernas de mi madre
ansiosa por crecer y dar el salto.
La marquesina era el punto del hilván:
yo quería ser vedette,
elevarme sobre seis bailarines
que me sostuvieran en alto,
haciéndome planear cual hélice giratoria
en rotación centrífuga,
atrayendo todo resto hacia su centro.
Guiarte a vos, a vos y a vos
por un camino sinuoso hasta mis piernas
largas
para desfallecerte en el mismo lugar de mis pupilas
de lince
y que pensaras en mí, nada más en que mí
sobrecogido en fantasías improbables
para llenar tus días ordinarios.
Ser tu ídolo, fetiche, talismán,
vedette o puta o santa,
sólo una cuestión de formas
detrás,
la intensidad que habita el margen
donde las estrellas brillan memoriosas.


Limpia de vos
leo tu mensaje madrugado
amanezco en el medio de la cama
- pez que nada en aguas mansas
sirena que aletea sin bordes
humanos-
Finalmente,
puedo negarte sin sentir
la abstinencia de la carne.
He sabido rechazarte tontamente…

Matalo con la indiferencia
decía mamá

No te mientas
dice ahora.

Algo de regularidad de tu parte
solucionaría mi estado
deseante.
Pasado el primer lavaje intenso
una cuota de misterio arrancaría
esta debilitada voluntad
Así que no voy a buscarte esta vez
me toca registrar el próximo cimbronazo
y su repetición cada vez más aislada.



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Lo bebes están en otros vientres
no he sido elegida:
un niño para esta madre que no puede
dejar de ser Niña,
que trasciende en sueños
su matriz henchida

Para qué organizar tanto…
fechas, temperaturas y crecientes
¿Ves que la marea sigue baja?
La luna encanta al día en otra playa
lejos de ésta

Por eso, no es tanto tu voluntad lo que importa
frente a una cadena de hechos fortuitos
alcanza con la instancia, el momento, el brillo espontáneo
para jugar
No hay niños para mí aún,
en un arroró atizonado de deseo
dormitan en el regazo de mi alma

Me izo hasta el centro de tu boca
como la bandera que levantabas enhiesta
y nunca alcancé.
Cuando los méritos de chica aplicada
esperaban debajo del banco
adheridos a tu carta de corazoncitos pulposos.
Mecías la mirada
entonces ibas y venias que sabias que sabía tu deseo
cumplido desde la otra punta de tus ojos.
Fue antes
de atreverme a cruzar la baldosa con el sol de frente
Y hacerte sombra para que me veas de cerca.

Entre bostezos como ecos nebulosos
abandono el hilo que salvó a Ariadna
y envenenada de manzanas rojas
me desvanezco antes de comerlas.
Cuando me canso
olvido lo no-escrito
caigo en el desalineo de la duda
A destiempo
Vuelvo a empezar lo irrecobrable,
ensayando una atención casi excesiva.
Y palidezco
Ante esa actividad perfecta

(otra).


Morada de viñedo apagaba septiembre
sinuosa y al resguardo entre las sombras.
Veo a trasluz un polvo volátil de colores claros,
partículas de basura combinando el aire.
Cambiante la ilusión mas no el deseo de alcanzar,
mientras me acomodo para esa foto que oculta mis caderas.
Es mejor la piel que llevo allí,
el disfraz que asomado desde mi sacude el traje,
tu lengua haciéndome llegar por la cornisa,
amenazando al filo la vigilia
del otro lado.
Dolor no es que no estés sino el sueño:
horas en el tiempo de mi cabeza
Real todo.

hard & chic


Mi chico quiere una moto negra
con manijas más anchas que su espalda
y enormes como mi tristeza
-El tranvía alcanza - le digo
-y tu auto es suficiente- agrego
Pero no,
todo se ha ido de carriles …
y no alcanzan los vehículos
para llegar a alguna parte.
Él piensa en su moto y en un mostrador de estaño
y yo en ese bar porteño
parecido a su mirada cuando está media asta
ahora que sus fondillos garpan ilusiones caras
il fait du vélo y tiene un auto negro y una moto
Pero después,
¿Qué transporte podrá dejarnos cerca?
Ya no alcanzan los aviones,
todo ha volado por el aire…
Necesitamos más ruedas
¡si señor!
Porque el auto no sirve y ahora hace falta un camión,
para cargar tanta sombra proyectada en movimiento
que me ase alargada en el asfalto
y sin marcha atrás.

Bordeaux



Quizás por esta pobre disposición que me mantiene lejos de todas las cosas y a la vez anhelante de ellas, menos apasionada que deseosa de pasión, la ajenidad de los lugares que no son propios me seducen. Me tranquiliza el saber que no tengo que reconocerme en la gente ni en los códigos, que la identificación no me requiere como signo de identidad.

Caminar por una peatonal es siempre lo mismo, podría decir; la de acá está en bajada o en subida, depende de qué extremo arranque: puedo mirar millones de cabezas desde una pequeña elevación del terreno o ser una cabecita negra entre las que van y vienen, menos desordenadas de lo que parecen cuando vas a la par; finalmente siempre vas a la par.

En esas instancias, cuando el anonimato alcanza su máxima expresión, me planto ante los ojos de la tierra que no me mira.

Habría sido (fragmento)




Si hubiéramos tenido un hijo
antes de echarte para ser tu amiga
antes de ser vos un poco padre mío
para protegerme noches y días

Si hubiéramos mirado a alguien más,
desviado el ojo de nuestras pequeñas cosas
porque nos queríamos,
-la base está – dirían.
Entonces ahora, no alcanza pero es suficiente
con que tengas tu novia madura
y yo mi vida inmadura
menos aburrida que esos domingos a la tarde
(que igual extraño)
El ritmo sosegado de los grillos a la hora del té
Las regaderas abriéndose al cortar la tarde
y tus hermanas hablando todas juntas,
veloces como el batido de ese merengue
que espuma en grande
para desinflarse horas más tarde entre restos de torta devorada,
culpando a tu madre por haber envejecido, sin decírselo
es que no ve bien y los cuchillos quedan sucios
Y tu papá, siempre enojado por ser viejo,
sintiéndose algo inútil entre mujeres que poco entienden
que su aspiración fueron todas ellas
pero sin él como parte.
En vano es decirle que también existe una perfección:
mirar desde el final el principio
Y hay que estar preparado para largos años
de pompa almidonada y olores de cocina
bibliotecas leídas, gobelinos pasteles
sin ninguna declaración de guerra.

Yo quería eso cuando me casé con vos
No al viejo triste que me prestaba sus libros,
contándome una y otra vez su propia historia
de luchas y lucros
Quería, si
la cadencia de los actos cotidianos
idealizaba con poder extender el humo del café
asignar la hora de la cena, renovar el balcón cada primavera
poner una mesa para 4, para 6, para 15
y que me salga el flan de tu mamá.
Una rutina que nos encuentre dispuestos
a la reproducción de efectos secundarios,
los que debajo sostienen ese pacto
de certeza.
Me quedó la reiteración casi vacía
inmenso globo inflado de sueños
una idea minúscula y redonda
como esas tacitas de porcelana que five o´clock
ritualizaban la parte baja de mis tardes niñas
descubriendo de una caja floreada en rosa
té frío para visitas de mentira.


Si hubiéramos tenido una hija,
habríamos encontrado un camino a tanto logro acumulado
y sería más comprensible esta extraña comunión.
Finalmente, un retozo hubiese habitado el mundo
nuestro y de nadie más.
Tus ojos o los míos, que importa, pensaba yo
si tiene una cola tan linda como la tuya y es mujer,
combo completo.
y que no tenga mis caderas
ni esta urgencia de cambiar siempre
tampoco tu facilidad para decir que no.
Que no sea una versión mejorada
que nada más tenga tu culo y tu sonrisa
para verla ir o venir...
y que se duerma en el arrorró de tu espalda.
Se la hubiese cedido.
Habría sido quien concede
golosinas a la hora del puchero
mimando mi niña en la dulce simplicidad
Que reprobarías
Será que los grandes "no" se digieren después
mejor así?
Es tan saludable defender los si….
O simplemente se reconocen imposibles
Sujetándose al sostén de la memoria
que los actualiza
Cada vez que el hueco que dejaron
evoca una carencia nueva y similar
a esa primigenia
Oh no,
hay poco allí de muerte
Luego, una evidencia viable
elimina ese sueño devenido torvo
Y no es el mal menor, es lo logrado
Es tu mujer, mi carrera, los viajes,
otro novio, otro novio, otro novio
una secuencia fortuita de accidentes
para entrenar el espíritu.
Amontonamos proyectos indelebles
Reflujos, podrían llamarse
Deseos, les digo yo,
Epifanías madrugadas.